Chandogya Upanishad: La Sabiduría Milenaria de la Espiritualidad en la India

Chandogya Upanishad

¿Quién soy Yo? Una pregunta de las más difíciles de contestar. Y si no encontramos una respuesta, ¿realmente estamos vivos? Porque si desconozco quien soy ¿que sentido tiene mi experiencia en este mundo?

El Chandogya Upanishad nos aclara un poco esta duda y nos muestra que hay un profundo sentido de unidad interconectada en cada persona y en cada criatura. Esto hace que cada individuo sea idéntico a todos los demás.

¿Qué es el Chandogya Upanishad?

Se trata de uno de los textos más antiguos de los Upanishads, perteneciente al Samaveda, uno de los cuatro Vedas fundamentales. Al principio, parece haber sido un conjunto de escritos independientes que los sabios de la época reunieron en un solo texto, y lo hicieron entre los siglos VIII y VI antes de la era común. Este periodo, conocido como el «Periodo Upanishádico», marca un cambio importante en la tradición: las enseñanzas empiezan a centrarse menos en los rituales y más en la filosofía, y exploran conceptos profundos como el Atman (el yo interior) y el Brahman (la realidad última o el todo universal).

El Chandogya Upanishad es un texto amplio y profundo que se organiza en 8 capítulos (o Prapathakas). A lo largo de los siglos, ha sido uno de los escritos más analizados por eruditos, y sigue generando debates hoy en día. Este texto nos ofrece una valiosa ventana a la cultura antigua de la India y ha ejercido una gran influencia en la escuela Vedanta del hinduismo. Curiosamente, se ha señalado que algunas de sus primeras secciones muestran ciertas similitudes con pasajes del Antiguo Testamento, lo que sugiere interesantes paralelismos entre tradiciones antiguas.

En general encontramos una mezcla fascinante de himnos, enseñanzas, encontramos diálogos filosóficos, historias, cánticos. Se pone un gran énfasis en el habla, el lenguaje, los rituales y, sobre todo, en la música. Los cánticos en particular, son vistos como herramientas poderosas para alcanzar el conocimiento y, finalmente, la salvación. En este texto, la canción se convierte en un medio sagrado para conectar al ser humano con lo divino y descubrir verdades profundas.

Uno de los capítulos del Chandogya Upanishad, el sexto, es especialmente relevante, ya que muestra a un padre explicnado a su hijo el concepto de Atman, el Yo verdadero. Es en este capítulo donde aparece la famosa frase “Tat Tvam Asi” (Tú eres eso), que aún se utiliza mucho en prácticas de meditación de hoy en día. Muchos consideran que esta sección es la más influyente de todos los Upanishads

Pero vamos a hablar un poco, de manera resumida, de cada uno de los ocho capítulos. Lo cierto es que cada capítulo ya merecería un vídeo. Pero vamos a intentarlo.

Estructura del Chandogya Upanishad

Om

1. El Canto del Om: La Esencia del Todo

El Chandogya Upanishad nos recomienda que meditemos con el sonido Om porque es el sonido original del que nació el Universo. Aquí se muestran reflexiones sobre su procedencia, su simbolismo, su estructura y todo esto bañado con filosofía.

También aborda la lucha entre los Devas (dioses) y Asuras (demonios), que muchos interpretan como una metáfora de la batalla interna entre el bien y el mal dentro de cada persona. Dentro del habla los dioses representan la verdad, y los demonios, la mentira. Aunque vemos caos y belleza en el mundo, todo surge del mismo origen. El bien y el mal pueden estar en todas partes, pero el principio de la vida es esencialmente bueno, libre de maldad.

El bien y el mal

En este capítulo también explora el origen de todo lo existente. Reflexiona sobre el espacio, el infinito y lo que se conoce como Brahman, la realidad suprema. Además, en esta parte del Chandogya Upanishad se lanza una crítica a los sacerdotes que recitan cánticos sin comprender su verdadero sentido espiritual. Aquí se revelan significados místicos en la estructura y los sonidos de los cánticos, invitando a profundizar más allá de la simple repetición, e ir hacia una comprensión más profunda y divina.

2. Todo el Universo Canta

En este capítulo, se nos enseña que todo en la naturaleza es una forma de canto: el viento, los animales, la lluvia… incluso la vida cotidiana del ser humano es un canto. Todo es Brahman y todo es música, lo que resalta la enorme importancia de los sonidos como manifestaciones del universo.

También se habla del Dharma, los deberes éticos que guían nuestras acciones. Es muy importante la educación y los rituales para vivir en armonía con estas enseñanzas.

3. Brahman: El Sol del Universo

Aquí se alaba al Sol como fuente de luz y vida. Se afirma que Brahman es el sol de todo el Universo, y el “sol natural” que nosotros vemos es como una manifestación del propio Brahman.

Se nos presenta aquí una idea fascinante: el cielo es visto como un reflejo del cuerpo humano, donde los ojos, los oídos y la mente actúan como sus guardianes. El cuerpo humano es un microcosmos del mundo celestial, y Brahman (la esencia universal) sería idéntico al Atman (el Yo interior) que hay dentro de cada ser humano. Así que el Ser individual y el Universo infinito están unidos en una sólo realidad.

Sacerdotes hindues

Aquí se dice que la vida es como una celebración, como una fiesta, y el pago que debemos hacer por ella es llevar una conducta moral adecuada. El Chandogya Upanishad nos dice que esto implica seguir principios éticos como la no violencia, la caridad y la sinceridad. Aparece por primera vez el concepto de Ahimsa (no-violencia), una idea que más adelante se convertiría en uno de los pilares fundamentales del hinduismo.

4. El Valor del Conocimiento Espiritual

Este pasaje del Chandogya Upanishad empieza con una moraleja protagonizada por un rey, un monarca generoso pero que no posee conocimiento del Brahman-Atman. Frente a él, aparece un hombre muy pobre, pero que sí conoce ese conocimiento profundo. Curiosamente, el rey, a pesar de su riqueza y bondad, es descrito como un Sudra (de la casta de los sirvientes), mientras que el hombre pobre es descrito como un Brahmana. Esta historia nos enseña que el conocimiento espiritual es mucho más valioso que la riqueza o el poder.

Rey con un pobre

En otro relato, una madre le cuenta a su hijo que ha viajado por muchos lugares y que no sabe quién es su padre. El niño, lleno de curiosidad y ansias de aprender, pide a un sabio ser admitido en su escuela. El sabio, al principio, quiere saber de qué familia proviene el niño, pero él le responde que su origen es incierto, ya que su madre no conoce la identidad de su padre. Impresionado por la honestidad del niño, el sabio lo acepta en su escuela, pues comprende que la sinceridad es la verdadera cualidad de quien busca el conocimiento de Brahman, mucho más que su linaje o ascendencia.

Madre Hijo en India

Y en este cuarto capítulo del Chandogya Upanishad, encontramos una tercera historia que nos enseña que Brahman es sinónimo de alegría y felicidad. Por eso, los sacrificios duros y deprimentes no son el camino para alcanzarlo. La verdadera conexión con lo divino se encuentra en la dicha y la armonía, no en el sufrimiento.

5. Los Dos Caminos de la Vida

El quinto capítulo explica los dos destinos posibles después de la muerte:

  • El camino de los dioses, para quienes alcanzan la liberación al buscar el conocimiento.
  • El camino de los padres, para quienes cumplen rituales y acciones virtuosas pero regresan al ciclo de renacimientos.

El camino de los padres está destinado a aquellos que llevan una vida de rituales, caridad y sacrificios. Después de su muerte, alcanzan el cielo, donde permanecen según el mérito que hayan acumulado en su vida, para luego regresar a la Tierra en forma de planta, animal o ser humano, dependiendo de sus acciones pasadas. Por otro lado, el camino de los dioses es para quienes viven guiados por el conocimiento, la fe y la verdad. Estos no regresan, sino que se unen con Brahman, alcanzando la liberación definitiva.

Monje hindu

Aquí se abordan preguntas profundas: ¿Quién es nuestro Ser, nuestro Atman? ¿Y qué es Brahman? Se nos enseña que el Ser, esa chispa interna de fuego, es algo universal, presente en todos los seres humanos, está en tí, en tus amigos y enemigos, en aquellos que son buenos y en aquellos que son malos. Hay una conexión fundamental entre todos, y debemos aprender a ver a los demás como una extensión de nosotros mismos. Según nos dice el Chadogya Upanishad la clave es entender que Brahman y Atman son uno y lo mismo: el todo y el ser individual están unidos.

6. Tat Tvam Asi: La Unidad del Todo

Llegamos al sexto capítulo del Chandogya Upanishad, que para muchos es el más influyente de todos los Upanishads. En este pasaje encontramos las célebres palabras «Tat Tvam Asi», que se traducen como «Eso eres tú». Este mantra, que se utiliza en muchas meditaciones, nos enseña que el Universo, el Todo, es el mismo ser que somos nosotros. Es una profunda afirmación de unidad entre el individuo y el cosmos.

El dicho «Tat Tvam Asi» surge en una conversación entre un padre y su hijo, quien regresa después de estudiar los Vedas durante doce años. Aunque ha adquirido mucho conocimiento, el hijo regresa lleno de arrogancia. Sin embargo, el padre sabe que hay un conocimiento más profundo que no se encuentra solo en los textos sagrados. Entonces, le pregunta si, durante su aprendizaje, ha indagado sobre aquello que nos permite «percibir lo que no se puede percibir» y «conocer lo que no se puede conocer». El hijo, al admitir que no lo sabe, le pregunta qué significa eso. Es entonces cuando el padre le revela esta profunda enseñanza.

Señor y niño hablando en un pueblo de la India

La esencia de la arcilla se puede entender estudiando un trozo puro de ese material. Los objetos creados a partir de esa arcilla no altera su esencia, solo cambian su forma. De manera similar, para comprender algo profundamente, debemos enfocarnos en su esencia, y así seremos capaces de entender todas las formas en las que se manifiesta.

Aquí se dice que la vida puede surgir de tres formas: de un huevo, del nacimiento directo de un ser vivo, o puede surgir de una semilla. El ser entra en cada una de ellas y les otorga individualidad. El calor, la comida y el agua nutren a todos los seres vivos, y la mente depende de esos nutrientes. Por lo que el calor, la comida, la mente, la voz tienen su raíz en el Sat, el Ser. Este Sat es la esencia invisible y sutil que reside en el núcleo de todos los seres vivos, la raíz de toda existencia.

Se compara a los seres con los ríos que nacen de una montaña: aunque parecen diferentes, todos terminan en el mismo océano y se convierten en ese océano. El cuerpo puede morir, pero la vida, en su esencia, es eterna.

El viaje del hombre hacia el conocimiento y la autorrealización se puede comparar con la historia de un hombre que es sacado de su hogar con los ojos vendados y llevado a un bosque peligroso, y sin ningún ser humano alrededor. Vive en confusión hasta que, un día, se quita la venda de los ojos y descubre el camino para salir del bosque. A lo largo de su camino, encuentra a sabias personas que le indican la dirección correcta y le ofrecen orientación. Finalmente, sigue su viaje por su cuenta y llega a su hogar, encontrando la felicidad.

Este hogar simboliza el Ser, la Verdad, Brahman. El bosque representa el mundo de las experiencias que vive cada ser humano. Alejarse del hogar refleja la vida impulsiva del hombre, marcada por sus acciones buenas y malas en este mundo de experiencias. La venda en los ojos representa los deseos impulsivos, mientras que quitarse la venda y tratar de salir del bosque simbolizan la búsqueda del significado de la vida y la introspección hacia el interior de uno mismo.

Monje en el rio

7. La Meditación como Camino al Conocimiento


En este capítulo del Chandogya Upanishad se explora cómo la meditación progresiva es una herramienta poderosa para el autoconocimiento. Es posible adquirir conocimientos mundanos estudiando las antiguas escrituras, la historia o las matemáticas, pero este tipo de conocimiento es limitado. Para alcanzar el verdadero conocimiento, el conocimiento infinito de
Brahman, es necesario hacerlo a través de la introspección y una meditación profunda y continua.

Monje y el Om

8. El Deseo por el Ser Verdadero

El ser humano a menudo busca satisfacción en deseos como la comida, la bebida, la música, los amigos, los objetos, y momentáneamente se sienten felices al cumplirlos. Sin embargo, estos deseos son pasajeros al igual que la felicidad que traen, porque son superficiales y están envueltos en una falsa sensación de plenitud. De esta manera, el hombre se convierte en esclavo de sus deseos insatisfechos, se convierte en esclavo de su cuerpo. La verdadera serenidad, en cambio, llega cuando se descubre el deseo más profundo: el deseo por el Ser.

Este capítulo nos recuerda que el verdadero Ser está siempre libre de dolor, sufrimiento o muerte; es un Ser feliz y pleno. El Ser falso es el cuerpo físico. Aquí se dice que el Ser corpóreo es el que experimentamos en los sueños, mientras que el Ser individual se manifiesta en el sueño profundo. Pero el verdadero Ser es aquel que trasciende todo eso, es el Ser que está más allá del sueño profundo, y es uno con todos los demás y con todo el Universo.

Conclusión: La Luz que Brilla en Todos

El Chandogya Upanishad es una obra atemporal que invita a la reflexión y al autodescubrimiento. Sus enseñanzas trascienden las fronteras culturales y religiosas, ofreciendo una visión universal de la vida y la espiritualidad.

Como dice uno de sus versos más inspiradores:

«Hay una luz que brilla más allá de todas las cosas de este mundo, más allá de los cielos más altos. Esta es la luz que brilla en nuestro corazón.»
Chandogya Upanishad, III-xiii-7

Explorar este texto es embarcarse en un viaje hacia el conocimiento más profundo, hacia la conexión con el todo, y hacia la realización de que tú eres eso: parte inseparable del universo y del infinito.